NO ACEPTES ESTOS REGALOS...

Cuando algo o alguien se aproxime a ti con palabras hirientes, quejas, insultos, no te abras a recibir estos "regalos", así de fácil como no aceptarlos interior y exteriormente. No te abras a estas energías densas. Permanece en tu centro, permanece en el corazón. 


* Respira profundo
* Lleva tu atención al centro de tu corazón
* Siente e invoca el amor dentro de ti
* Visualiza una esfera de luz alrededor tuyo, puede ser blanca, rosada, azul, violeta o dorada.






-Se cuenta que estaba Buda hablando sobre cuestiones espirituales a un grupo numeroso de personas, que le escuchaban atentamente tratando de aprender de su gran sabiduría. En el grupo se encontraba un hombre que había escuchado que Buda era alguien con una paciencia que parecía no tener fin. Decidido a demostrar que él sería capaz de hacer perder el control a Buda, tenía un plan para conseguirlo.

Una vez Buda terminó de dar la charla, invitó a los asistentes a que expresaran sus dudas y preguntas, momento que aprovechó el hombre que pretendía hacerle perder la paciencia para comenzar a gritarle, profiriéndole todo tipo de insultos y descalificaciones. Buda se quedó mirándole fijamente. Pocos segundos después, con gesto serio y firme, bajó la mirada al tiempo pronunciaba en voz baja algunas palabras, una y otra vez. El hombre que le insultaba, después de unos minutos, se cansó al ver que no reaccionaba de ninguna manera y se calló. Acto seguido, Buda se acercó al hombre y le preguntó: - “Si tú le haces un regalo a un amigo y éste te dice que no lo puede aceptar, y te lo devuelve, ¿a quién pertenece el regalo? El hombre totalmente sorprendido por la reacción de Buda y la pregunta, entró en el juego pensando que podría aprovechar para tratar de conseguir de nuevo su objetivo.

Así que le respondió: - “El regalo me pertenecería a mí, ya que mi amigo lo ha rechazado.” Antes de que el hombre pudiera continuar, Buda le contestó: - “Y si yo no acepto tus insultos, ¿a quién le pertenecen?” Dicen que cuando faltaban al respeto a Buda insultándole o descalificándole, él se repetía a sí mismo mentalmente o en voz baja “No, gracias. No, gracias…”. Una de las moralejas que se pueden obtener de este relato, es que aunque en principio no podamos controlar las circunstancias ni la actitud de los demás, siempre podremos elegir nuestra actitud.
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-ilustración de Carol Heyer.

Fusión Divina

Love and Light.

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